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La Salud Practica - Volver al listado
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Sunday, 24 February 2013
Recetas hechas en casa para quitar pesticidas en frutas y vegetales.
Topic: Alimentacion Saludable
de Alternativa 11

publicado por lougalez at 1:16 PM EST
Saturday, 23 February 2013
Alcalinidad, la llave de la salud
Topic: Alimentacion Saludable

Limón

Muchos desconocen el significado de alcalinidad, como concepto opuesto a acidez. Incluso este término se interpreta en forma muy limitada, asociado sobre todo al clásico ardor estomacal o a los reflujos ácidos. Sin embargo, no es exagerado afirmar que la adecuada comprensión -y la posterior corrección- de la acidificación orgánica, serviría para resolver la mayor parte de los grandes problemas que afligen a la salud pública. Estos conceptos han sido científicamente demostrados por grandes investigadores de nuestro siglo y utilizados desde tiempos remotos en la medicina oriental. Este texto intenta explicar la problemática, procurando la imprescindible toma de conciencia y la propuesta de sencillas correcciones caseras, al alcance de todos.

Para comenzar, conviene explicar lo que significa acidez y alcalinidad. Estos dos términos responden a la forma de clasificar la reacción de cualquier elemento, sobre todo en medios líquidos. El grado de acidez o alcalinidad se mide a través de una escala de pH (potencial de hidrógeno), que va de 0 (extremo ácido) a 14 (extremo alcalino), ubicándose en el centro (7) el valor neutro. O sea que entre 0 y 7 tenemos valores de acidez y de 7 a 14, de alcalinidad. Esto no quiere decir que lo ácido sea “malo” y lo alcalino “bueno”, dado que ambos se necesitan y se complementan en las reacciones químicas. Por ello se habla de equilibrio o balance. En medicina oriental, lo ácido se clasifica como yin y lo alcalino como yang, siendo deseable la tendencia al equilibrio entre los extremos.

Dado que la química corporal genera infinidad de reacciones y exigencias específicas, intentaremos comprender aquí como funciona el mecanismo base del equilibrio ácido-alcalino a nivel celular. Los trillones de células que componen nuestro organismo, necesitan alimentarse, eliminar residuos y renovarse constantemente. A fin de satisfacer esta exigencia vital, la sangre cumple dos funciones vitales para el correcto funcionamiento celular: llevar nutrientes (sobre todo oxígeno) y retirar los residuos tóxicos que genera la transformación (metabolismo) de dichos nutrientes. A nivel celular se produce una especie de combustión interna, que libera calor corporal. Los residuos que se originan en este proceso de combustión, son de naturaleza ácida y deben ser evacuados del organismo mediante la sangre, a través de las vías naturales de eliminación (hígado, riñones, pulmones, piel).

Para cumplir eficazmente dicha tarea, y por otra cantidad de razones orgánicas, el plasma sanguíneo debe mantener a ultranza un ligero nivel de alcalinidad. El pH de la sangre puede oscilar en un estrecho margen: entre 7,35 y 7,45 (“arriba de siete”, significado de una popular marca de gaseosas que muchos asocian, erróneamente como veremos luego, con la salud). Al transgredir estos límites, la sangre pierde capacidad de almacenar oxígeno en los glóbulos rojos y también pierde eficiencia en la tarea de eliminación de los residuos celulares. En pocas palabras, la sangre no nutre y no limpia las células, génesis profunda de cualquier enfermedad. Para dar una idea del estrecho margen de maniobra del pH sanguíneo, digamos que al descender de 7 se produce el coma diabético y la muerte.

Cuando se incrementa el nivel de acidez sanguínea, varios mecanismos buscan reestablecer este vital equilibrio. En todos los casos se requiere la suficiente presencia de bases (álcalis) que neutralicen los ácidos. O sea que un eficiente metabolismo celular exige un constante flujo de sustancias alcalinas, con el fin de poder neutralizar los ácidos provenientes del alimento y del metabolismo celular.

En primera instancia, y como mecanismo más simple, la sangre debe obtener suficientes bases de los alimentos. En caso de carencia (tanto por exceso de ácidos circulantes como por deficiencia nutricional de bases), la sangre echa mano a dos mecanismos de emergencia para preservar su equilibrio. Uno consiste en derivar ácidos, depositándolos en los tejidos a la espera de un mayor aporte alcalino. Esto genera reuma, problemas circulatorios, afecciones de piel, etc. El otro mecanismo es recurrir a su reserva alcalina: las bases minerales (calcio, magnesio, potasio) depositadas en huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabellos. De este modo, la sangre se convierte en un "saqueador" de la estructura orgánica, con el único objetivo de restablecer el vital equilibrio ácido-básico que permite sostener el correcto funcionamiento orgánico.

Esta lógica funcional es la homeostasis orgánica, que significa “mantener la vida generando el menor daño posible”. Para el organismo, una menor densidad ósea no significa peligro para la vida, pero sí un pH ácido en la sangre. Así funciona el mecanismo de la descalcificación y la desmineralización. Los huesos ceden calcio en forma de sales alcalinas, se hacen frágiles y hay osteoporosis; las piezas dentales se fisuran con facilidad y surgen caries; las uñas muestran manchas blancas y se toman quebradizas; las articulaciones degeneran y hay artrosis; el cabello se debilita y se cae; se advierten lesiones en las mucosas, piel seca, anemia, debilidad, problemas digestivos, afecciones de vías respiratorias, infecciones, sensación de frío, etc.

Normalmente no se asocian estos síntomas con la acidez. Un ejemplo es la osteoporosis, clásica enfermedad de acidificación. Sin embargo se la combate inadecuadamente con alimentos (por ejemplo con lácteos) que, por su aporte ácido, agravan el problema. Otro ejemplo es la anemia, cuadro que consiste en la baja capacidad de los glóbulos rojos para suministrar el oxígeno adecuado a los tejidos del cuerpo. Como vimos, esto es consecuencia de la acidificación sanguínea. El sentido común nos indica que frente a osteoporosis y anemia, lo correcto es atacar la causa profunda del problema: alcalinizar el organismo para neutralizar su acidez.

De lo visto, podemos concluir que para permitir el normal trabajo de la sangre y las células, debemos ser cuidadosos en el aporte que realizamos a nuestro cuerpo a través de los alimentos que ingerimos. Por un lado tratando de evitar alimentos (y situaciones, según veremos más adelante) acidificantes, y por otro incrementando la provisión de bases a través de una mayor ingesta de alimentos alcalinizantes. Todo esto complementado por un buen aporte de oxígeno, a través del necesario movimiento, y un correcto funcionamiento de los órganos depurativos encargados de eliminar los ácidos.

La orina como indicador

Dado que los ácidos en exceso son eliminados a través de los riñones y la orina, tenemos allí un modo simple y preciso de verificar que está sucediendo en nuestro organismo. Este método de verificación fue descubierto por el científico húngaro Erik Rucka y desarrollado por la Dra. Catherine Kousmine, investigadora suiza, creadora de un sistema terapéutico basado en la alimentación natural. "Una persona sana y bien equilibrada, que recibe suficiente cantidad de sustancias alcalinas en su alimentación -nos dice la Dra. Kousmine en el libro “Salve su cuerpo!”- tendrá en la segunda orina de la mañana un pH ligeramente alcalino, idéntico al de la sangre. La primera orina no sirve para el control por ser naturalmente ácida, ya que el reposo nocturno sirve para que los riñones eliminen los productos ácidos de desecho". El sistema para verificar este valor es sencillo y se basa en el simple uso de tiras de papel reactivo. Al contacto con unas gotas de orina, el color del papel nos brinda de inmediato el valor.

"Si el control de la segunda orina del día nos da valores próximos a 5 y no ha habido esfuerzo físico de por medio (el ácido láctico también se elimina por la orina), quiere decir que el cuerpo está sufriendo una acumulación anormal de sustancias ácidas o carencia de bases (calcio, magnesio, sodio). Aquí pueden aparecer manifestaciones tan variadas como palidez, dolor de cabeza, dolores reumáticos, neuralgias; todos síntomas que desaparecen en breve tiempo y sin uso de analgésicos, con el simple aporte de sustancias alcalinas (citratos o bicarbonatos). La permanencia en valores cercanos a pH 5 está también relacionada con una constante sensación de cansancio injustificado o la aparición de momentos de debilidad improvisa, en los cuales uno se siente completamente vacío. Por cierto nuestra vida moderna es muy sedentaria, tiene poca oxigenación y esta basada en una alimentación muy pobre en bases. Por ello es muy fácil sufrir malestares debido a la acumulación de sustancias ácidas. Si hemos pasado un período de excesiva tensión o hemos estado enfermos, el organismo acumula una gran cantidad de sustancias ácidas y para eliminarlas lleva tiempo. A mí me ha sucedido que luego de un período de excesivo trabajo me ha llevado más de un año hacer retornar la orina al valor normal. El control del pH urinario y su normalización, debe formar parte integrante del plan terapéutico de todo tipo de enfermedad crónica".

Además de saber que sucede con nuestra alimentación, este sistema permite monitorear otros aspectos importantes de nuestro equilibrio corpóreo. "Me ha sucedido -dice la Dra. Kousmine- que luego de cinco horas de intenso trabajo en un ambiente poco aireado, el pH era cercano a 5. Pero luego de un paseo de una hora en un parque arbolado, el pH volvía a su valor normal, siendo que estaba ayunando y por tanto no aportaba bases a través del alimento. El resultado fue una sensación de mayor bienestar. Esto significa que una mejor oxigenación permite quemar los ácidos orgánicos, convirtiéndolos en anhídrido carbónico, eliminado luego por los pulmones". Estos conceptos demuestran la incidencia de factores externos a la alimentación (estrés, campos electromagnéticos, contaminación ambiental, sedentarismo, etc.) como causa suplementaria de acidificación orgánica. También pone en evidencia la importancia de la actividad física, no solo para quemar grasas, sino como eficaz complemento de una alimentación alcalinizante.

Visiones pioneras

Según los estudios del Dr. Ragnar Berg -médico sueco fallecido en 1956, pionero en la investigación de la alimentación alcalinizante- un 85% de nuestra dieta debe estar compuesta de elementos ricos en bases (de los cuales una parte debe estar en estado crudo) y sólo un 15% debería estar reservado a los alimentos acidificantes. Si bien Berg combatía los procesos de acidificación con preparados de sales alcalinas y citratos, sostenía que la mejor terapia era la de jugos frescos de frutas y verduras.

Este hecho resulta fácilmente comprobable cuando realizamos un día de ayuno bebiendo solamente jugos de frutas. Al día siguiente sentimos una sensación de alivio general en todo el organismo, ya que estamos permitiendo el proceso de purificación de los residuos ácidos, gracias al aporte exclusivo de bases.

El Dr. Berg determinó que las verduras silvestres poseen mayor cantidad de sales alcalinas que las de cultivo. Esto ha sido confirmado por estudios franceses y alemanes, que demuestran una disminución de estos valores (y de otros nutrientes importantes), inversamente proporcional al aumento del uso de abonos químicos. Ello se debe a la disminución de minerales alcalinos y a la presencia de residuos ácidos. También se ha probado experimentalmente que la fruta madurada artificialmente (en cámara) deja de comportarse como alcalinizante en el organismo. Son comprobaciones científicas de la involución cualitativa de la producción industrializada de nuestros alimentos.

William Howard Hay, creador de la dieta Hay que se popularizó en los años 30, sugería una proporción en volumen del 20% en alimentos acidificantes y 80% en alcalinizantes. Arnold Ehret, propulsor de la dieta cruda, sugería eliminar todos los alimentos acidificantes. Paavo Airola, naturópata europeo, sostenía que necesitamos ambos tipos de alimentos, en sintonía con el concepto de balance yin-yang de los orientales.

En nuestro ámbito, el médico rosarino Samuel Sack hizo un aporte interesante al tema del equilibrio ácido-básico, desarrollando una técnica de remojo de alimentos ácidos en soluciones alcalinas (caldo de repollo blanco o agua bicarbonatada). Su sistema se basa en las propiedades alcalinizantes y neutralizantes de ácidos del repollo blanco. Estas virtudes se encuentran mayormente en el repollo crudo y en el agua de su cocción. El remojo de los alimentos en caldo de repollo no altera su calidad ni su sabor, sino por el contrario, facilita su asimilación y transformación en el organismo, influyendo positivamente en el equilibrio ácido-básico. Al hervir, el repollo libera álcalis que pasan al agua y el proceso de neutralización de los alimentos sumergidos en ella se realiza en forma directa.

Este sistema resulta muy útil para personas que realizan una transición de una dieta "normal"a una dieta alcalinizante. A través del repollo (o el agua bicarbonatada) puede neutralizarse gran parte de la componente ácida de quesos, manteca, legumbres, aceites y huevos. Sack sugería usar agua de repollo (o introducir una hojita de repollo) en la preparación de salsas, cocción de pastas, huevos, legumbres y verduras (sobre todo acelga, espinaca y remolacha), así como en el remojo de legumbres, frutas secas y carnes (ver recuadro). También el Dr. Sack recomendaba agregar apenas una hojita de repollo crudo a las ensaladas (en exceso produce gases), desaconsejando en cambio el consumo del repollo hervido.

Alimentos alcalinizantes

Alimentos alcalinizantes y acidificantes

Veamos que se entiende por alimentos acidificantes y alcalinizantes. Nuestros nutrientes (como todos los elementos de la naturaleza) tienen distintos grados de acidez o alcalinidad. El agua destilada es neutra y tiene un pH 7. Básicamente todas las frutas y verduras resultan alcalinizantes. Si bien la fruta tiene un pH bajo (o sea que resulta ácida), debemos evitar una generalizada confusión: no es lo mismo la reacción química de un alimento fuera que dentro del organismo. Cuando el alimento se metaboliza, puede generar una reacción totalmente distinta a su característica original. Es el caso del limón o de la miel. Ambos tienen pH ácido, pero una vez dentro del organismo provocan una reacción alcalina. Distinto es el caso de las células animales. Tanto la desintegración de nuestras propias células como la metabolización de productos de origen animal, dejan siempre un residuo tóxico y ácido que debe ser neutralizado por la sangre.

Así vemos la diferencia básica entre un alimento de reacción ácida (que obliga a robar bases del organismo para ser neutralizado) y un alimento de reacción alcalina (que aporta bases para neutralizar excesos de acidez provocados por otros alimentos o por los propios desechos orgánicos del cuerpo). A fin de servir como referencia didáctica, veamos la tabla que expresa en grados de acidez o alcalinidad, la reacción metabólica de ciertos alimentos en el organismo humano. Esta información es muy interesante a título orientativo, pues nos permite comprender cómo funcionan ciertos alimentos en nuestro cuerpo.

ALIMENTOS DE REACCIÓN METABÓLICA ALCALINA

ALIMENTOS DE REACCIÓN METABÓLICA ÁCIDA

Pasa de uva

23,7

Panceta de cerdo

28,6

Porotos blancos

18,0

Pollo hervido

20,7

Almendras

12,0

Pavo asado

19,5

Dátiles

11,0

Carne de novillo

13,5

Remolachas

10,9

Maní

11,6

Zanahorias

10,8

Clara de huevo de gallina

11,1

Apio

8,4

Salmón fresco

11,0

Melón

7,5

Caballa fresca

9,3

Damascos

6,8

Galletitas crackers integrales

8,5

Pomelos

6,4

Nueces

8,4

Repollo

6,0

Pan de harina de trigo integral

7,3

Tomate

5,6

Queso de vaca

5,5

Limón

5,5

Ricota de vaca

4,5

Manzana

3,7

Manteca de maní

4,4

Zapallo

2,8

Pan de harina de trigo refinado

2,7

Nabo

2,7

Arroz blanco hervido

2,6

Uva fresca

2,7

Fideos refinados hervidos

2,1

Valores que indican grado de alcalinidad y acidez. Tabla elaborada por Bridges y modificada por Cooper, Barber y Mitchell

También los minerales juegan un rol importante en el comportamiento acidificante o alcalinizante de los alimentos y ello nos permite hacer una elección más consciente. Por lo general resultan acidificantes aquellos alimentos que poseen un alto contenido de azufre, fósforo y cloro. En cambio son alcalinizantes aquellos que contienen buena dosis de calcio, magnesio, sodio y potasio.

En general los cereales generan desechos ácidos al ser metabolizados: ácido sulfúrico, fosfórico y clorhídrico. Esto resulta más marcado en el trigo y el maíz (los indígenas americanos remojaban el maíz en agua de cal). El mayor contenido en minerales alcalinos hace que otros cereales resulten más alcalinizantes: mijo, cebada, quinoa, trigo sarraceno. El arroz integral es considerado como neutro en la dietética oriental. Por su parte las legumbres y las semillas son ligeramente acidificantes por su contenido proteico, aunque no todos por igual, con excepciones como las almendras y los porotos blancos, aduki y negros. Los lácteos son elementos acidificantes, aunque la leche fresca sin pasteurizar sea ligeramente alcalina. La pasteurización acidifica la leche y por tanto a todos sus derivados.

Mientras la dietología clásica y la ciencia de la alimentación no dan importancia o ignoran totalmente esta distinción, en una Nutrición Consciente es muy importante conocer la reacción de los alimentos. Además es importante manejar otros aspectos que tienen que ver con la preparación misma de las comidas. Por ejemplo: se ha demostrado que un 40-60% de los elementos minerales y un 95% de las vitaminas y bases se pierden en el agua de cocción de las verduras. Resulta entonces que el alto contenido de bases que poseen las verduras -y que resulta tan útil para el equilibrio sanguíneo- se desvaloriza. Incluso las verduras llegan a presentar naturaleza ácida cuando se tira el agua de cocción (clásico ejemplo de acelga o espinacas).

De allí la importancia del sistema oriental de cocer las verduras al vapor en cestas de acero o bambú, o sea sin que estén en contacto directo con el agua. También comprendemos el alto valor terapéutico de los caldos, que conservan todo el contenido alcalino de las verduras y que resultan tan equilibrantes en, enfermos y convalecientes.

Lamentablemente la acidosis (disminución de la reserva alcalina en la sangre) se está convirtiendo en una enfermedad social que provoca grandes problemas y que generalmente no se diagnostica. Sin embargo nadie se preocupa por advertir sobre el problema. Por el contrario, el bombardeo publicitario incita al consumo masivo de productos industriales, que resultan altamente acidificantes. Dejemos de lado (por lo obvio) carnes y hamburguesas, que muchas personas logran disminuir o evitar. Gaseosas basadas en azúcares refinados y compuestos acidulantes; bebidas alcohólicas, alimentos elaborados con cereales, grasas y azúcares refinados; lácteos industrializados y especialmente quesos; aditivos alimentarios, conservantes… forman un explosivo cocktail que se ingiere los 365 días del año, varias veces por día y en grandes cantidades.

Ácidos buenos y malos

Claro que no todos los ácidos son malos. En nuestros alimentos hay ácidos beneficiosos y otros perjudiciales. Entre los beneficiosos podemos citar a los frutales. El caso de los ácidos: cítrico, málico, tartárico, fumárico, etc. Estos ácidos orgánicos débiles, una vez metabolizados en el organismo se combinan con minerales (sodio, calcio, potasio) y dan lugar a sales minerales, carbonatos y citratos (elementos que tienen la capacidad de fluidificar y alcalinizar la sangre) o bien se oxidan en la sangre y son eliminados del organismo como anhídrido carbónico, activando a ventilación pulmonar. He aquí la explicación del efecto del limón, cuyo jugo ácido es utilizado para la hiperacidez de estómago.

En cambio otros ácidos -como el oxálico, el benzoico, el tánico- pueden no ser tan buenos para el organismo. El oxálico (presente en acelgas, espinacas, cacao y remolacha), además de su acción acidificante, disminuye la absorción de calcio y daña los riñones. El ácido benzoico (presente en las ciruelas) está contraindicado en gota y reumatismo. El ácido tánico (café, té negro, vino tinto, fruta verde o poco madura) está acusado de precipitar la pepsina clorhídrica y bloquear o limitar la digestión de las proteínas. Esto no quiere decir que debamos rechazar las verduras citadas (sobre todo la alcalinizante remolacha), pero sí moderar el uso si se es propenso a la problemática citada.

Definitivamente nefastas para el organismo resultan las bebidas gaseosas, hoy omnipresentes en la cotidianeidad alimentaria. Los azúcares de por sí generan ácidos en su proceso metabólico (ácido acético). A ello se agregan los aditivos acidulantes (ácido fosfórico) y el ácido carbónico, generándose un cocktail dañino, que se potencia con los grandes volúmenes de consumo diario.

Párrafo aparte para los ácidos presentes en carnes, embutidos y lácteos (úrico, láctico, butírico, nítrico, sulfúrico). Como decíamos al principio, todaresiduo tóxico y ácido. Estos residuos, además de consumir bases para poder ser neutralizados en la sangre, deben ser luego eliminados del organismo. En la juventud, el buen funcionamiento de los órganos de eliminación (principalmente riñones y piel), hacen que los ácidos sean eliminados satisfactoriamente. Pero con el correr de los años, al acentuarse los efectos nocivos de la acidificación en el organismo, estos órganos pierden eficiencia. desintegración de células animales -de nuestro propio cuerpo o de alimentos animales- deja un

Al no poder ser eliminados del organismo, el ácido úrico y otros residuos metabólicos de naturaleza ácida, son retenidos fundamentalmente por el tejido conjuntivo, así como por los huesos y cartílagos del cuerpo, con el objetivo de retirarlos del flujo sanguíneo y poderlos eliminar más adelante. Esto sirve de origen a dolencias tales como: artritis, artrosis, reumatismo, fibromialgia, enfermedades del corazón, de los nervios, ciática, alergias, eccemas, herpes, urticaria, asma, nefritis, hepatitis, cálculos, arteriosclerosis y un estado de enfermedad latente pronto a manifestarse.

Las consecuencias que tiene para la salud una acumulación persistente de residuos o escorias (que el organismo debería eliminar y no puede), son funestas. Según la naturaleza de cada persona, comenzarán a presentarse a corto plazo los primeros síntomas del padecimiento de una u otra enfermedad (signos de alarma), que variarán según cuales sean los tejidos u órganos afectados.

Una alimentación pobre en bases entorpece el normal proceso de combustión en los tejidos celulares, dando lugar a la formación de estos residuos de naturaleza ácida, muchos de los cuales no pueden ser eliminados por la orina. Aportando una alimentación rica en bases y/o disminuyendo el contenido proteico, posibilitamos una eliminación masiva de estos desechos, depurando así el organismo.

Todo esto nos permite comprender que aún una dieta que excluya la carne (vegetariana) puede no ser ideal y puede resultar acidificante si se consumen en exceso: huevos, quesos, legumbres, oleaginosas, cereales refinados, café, té, chocolate, gaseosas y azúcar blanca. En una clásica expresión que oímos de mucha gente, se puede advertir este involuntario pero grave error de concepto. "Pero si como sano; no como carne; como acelga hervida, un poco de queso, fideos, tomo té negro con galletitas y mermelada..." ¡¡¡O sea, todos alimentos acidificantes!!!

Para finalizar, debemos considerar otros perjudiciales ácidos no alimentarios, presentes en nuestra jornada cotidiana y que colaboran con la acidificación corporal. Nos referimos al ácido nicotínico del tabaco, el ácido acetilsalicílico de los analgésicos, el ácido clorhídrico que genera el estrés y los ácidos provenientes del smog y la contaminación ambiental. También debemos tener en cuenta los ácidos generados en la mala función intestinal, a raíz de los procesos de putrefacción y fermentación.

Consejos para una dieta alcalina

Repollo como alcalinizante

Ante todo debemos hacer del comer, un acto consciente. El estrés, las obligaciones y las tensiones, han provocado la transformación de nuestra nutrición en algo mecánico o apenas placentero. Nuestros problemas de salud -que todos arrastramos, como consecuencia de años de errores- nos deben servir como incentivo para que comencemos a modificar nuestros hábitos, prestando atención a qué y cómo comemos.

Tampoco es cuestión de caer en extremismos y andar contabilizando y estudiando cada cosa que llevamos a la boca. Pero sí comenzar a mejorar la calidad de nuestra nutrición y en definitiva la calidad de vida. Atender al equilibrio ácido-básico de nuestro organismo nos permitirá eliminar una gran cantidad de síntomas, muchos de los cuales ya los consideramos normales, de tanto convivir con ellos.

El éxito del cambio de actitud se basa en el gradualismo. Teniendo noción sobre que alimentos son acidificantes y cuales alcalinizantes, es bueno comenzar a modificar la ecuación de nuestra ingesta diaria. Proponerse inicialmente un 2 a 1 (dos partes de alcalinizantes por cada parte de acidificantes) para luego llegar a un óptimo 4 a 1. No tener miedo a exagerar con los alimentos alcalinizantes. Ya vimos que el problema esta dado por el exceso de ácidos. De haber exceso de bases -cosa muy poco probable en organismos recargados de desechos- hay siempre en la sangre grandes cantidades de anhídrido carbónico para neutralizarlos.

También es importante que cada persona adecue la alimentación a su realidad orgánica, social y laboral. Las personas nerviosas, delgadas, friolentas, alérgicas, con dolores articulares, neuralgias, con tendencias a caries, cálculos u osteoporosis; obviamente tendrán mayores necesidades de alcalinización. Así como no todos somos iguales, tampoco todas las épocas del año exigen los mismos nutrientes.

Lo importante es basarnos en el abundante consumo de frutas (de estación y bien maduras) y verduras (crudas, cocinadas al vapor o consumidas con su agua de cocción en forma de sopas). Hacer mucho uso de repollo blanco (crudo), zanahoria, apio, papa, batata, nabos, hojas de ensalada, berenjenas, pepino y tomate. Las algas, por ser verduras marinas, corresponden a este grupo y son muy alcalinizantes debido a su riqueza en minerales básicos (magnesio, calcio, sodio, potasio). Entre las frutas, usar: limón, caqui, cereza, manzana, melón, sandía, naranja, mandarina, pomelo, damasco, ananá, banana, durazno, pera, arándano y uva.

Demás esta decir la importante que es consumir frutas y verduras de cultivo natural o silvestres, dada la mayor acidez que generan los cultivos industriales. Esto puede parecer difícil en las grandes ciudades, pero es bueno insistir en la búsqueda de productores orgánicos que están apareciendo en los cinturones verdes de las urbes.

Usar los cereales menos acidificantes (arroz, trigo sarraceno) o alcalinizantes (quinoa, mijo o cebada). Entre las frutas secas preferir almendras, dátiles, pasas de uva y castañas. Dentro del grupo de legumbres, los porotos blancos, negros y aduki resultan ser los más alcalinizantes. Como endulzante preferir la miel de abejas, stevia o el azúcar mascabo integral.

A nivel hierbas, se destacan como alcalinizantes: el diente de león, la bardana, la ortiga, la congorosa, el incayuyo y el té verde. También hay hierbas de marcado efecto depurativo como el mil hombres, el palo azul, la espina colorada, la ulmaria o la zarzaparrilla.

La macrobiótica tiene muchos alimentos alcalinizantes (tal vez poco difundidos entre nosotros). Nos referimos a la salsa de soja (no pasteurizada), el sésamo, la raíz de bardana, las algas, el poroto aduki (protector de la importante función renal), el té de banchá, la raíz de loto y las ciruelas umeboshi.

Todo esto no quiere decir que debamos dejar totalmente de lado los alimentos "acusados"como acidificantes; simplemente debemos ingerirlos balanceados por los alcalinizantes. Es el caso de las legumbres (lentejas, arvejas, garbanzos, soja, arveja), los cereales clásicos (trigo, avena, centeno), los huevos, el pescado o las semillas oleosas (nueces, maní, pistachos, girasol, aceitunas).

Por último, una recomendación importante. También se ha demostrado que el exceso de alimento es causa de acidificación corpórea. O sea que hay una razón más para que nos nutramos con moderación y al simple efecto de saciar necesidades básicas. Algo difícil de lograr cuando el alimento se convierte en una descarga emocional o, peor aún, en una adicción.

 COMO ALCALINIZAR ALIMENTOS: EL METODO DEL DR. SACK

El sistema se basa en la utilización de Caldo de Repollo (CR), que se obtiene hirviendo una hoja de repollo blanco o verde claro, nunca colorado, en un litro de agua. También puede utilizarse Agua Bicarbonatada (AB) que se prepara diluyendo media cucharadita de bicarbonato de sodio en un litro de agua. El Caldo de Repollo (CR) no altera el sabor de los alimentos. Nunca usar recipientes de aluminio. He aquí las indicaciones para cada elemento:

Leche: Hervir 15' con una hoja de repollo blanco.

Manteca: Remojar el pan de manteca troceado durante 72 hs en CR o AB, cambiando el líquido cada 24 hs.

Ricota: Remojar en CR o AB durante 1 hora.

Quesos duros: Remojar tajadas de 4 cm en CR o AB durante 6 hs.

Dulce de batata: Remojar tajadas de 4 cm en CR durante 3 hs.

Dulce de membrillo: Hervir 15' en CR.

Frutas desecadas y aceitunas: Remojar 6 hs en CR o AB.

Semillas: Remojar sin cáscara 6 hs en CR o AB.

Chocolate: Remojar de 1 a 6 hs según el espesor.

Legumbres secas: Remojar 6 hs en CR o AB, enjuagar y cocinar en agua natural.

Verduras: En caso de acelga o espinaca, cocinar en CR ó en agua con una hoja de repollo, ó remojar 3 horas en AB y cocinar en agua natural.

Papas o batata: Cocinar en CR ó agua con una hoja de repollo. Para freír, remojar una hora en CR o AB. Para el horno, remojar 3 hs en CR o AB.

Cereales y pastas: Cocinar en CR.

Huevos: Remojar con cáscara una hora en CR o AB.

Aceites refinados: Colocar una cucharadita de bicarbonato de sodio en la botella, agitar bien y dejar luego 24 hs en reposo. El bicarbonato neutraliza los vestigios de ácidos y solventes utilizados en la industrialización, formándose en el fondo de la botella un sedimento (la reacción del bicarbonato sobre los ácidos) que no debe ser utilizado.

 

 

Fuente : Caminos al Ser


publicado por misteriosnuevaenergia at 9:23 AM EST
Modificado: Saturday, 23 February 2013 7:14 PM EST
Saturday, 16 February 2013
Fresa y arandano azul reducen en 30% el riesgo de infarto en mujeres
Topic: Notas

El consumo de tres porciones de fresa y arándano azul a la semana reduce en 30% el riesgo de infarto en mujeres, según científicos estadounidenses.

En un artículo publicado en Journal of the American Heart Association los especialistas explican que la fresa y el arándano azul son ricos en flavonoides naturales, que ayudan a dilatar las arterias y evitar la formación de ateroma. 

“Es muy fácil incluir fresas y arándanos azules en la dieta de la mujer y solo con ese cambio ya se da un paso importante en la prevención (de enfermedades cardiovasculares)”, afirmó el científico Eric Rimm.

El estudio se realizó durante 18 años con participación de 93.600 mujeres de Estados Unidos, entre los 25 y los 42 años.

En el mencionado periodo se registraron 405 ataques al corazón. Al mismo tiempo, se pudo comprobar que las mujeres que consumieron fresas y arándanos azules tuvieron un 32% menos de riesgo de un infarto, independientemente de la edad, la salud y la historia familiar de infartos. 

 

Fuente  : ria novosti 


publicado por misteriosnuevaenergia at 9:56 AM EST
Modificado: Saturday, 16 February 2013 9:57 AM EST
Thursday, 31 January 2013
Los Ninos Vacunados Tienen de 2 a 5 Veces Mas Enfermedades que Los No-Vacunados
Topic: Notas

por Louis Rain
Health Freedom Alliance

14 Octubre 2011

del Sitio Web MNHopkins 

traducción de Adela Kaufmann
Versión original en ingles

 

 

 

 

 

 

 

Enfermedades Prevenibles inducidas por Vacunación

Un estudio alemán publicado en septiembre de 2011 de alrededor de 8,000 niños no vacunados, nacidos a 19 años, muestran que los niños vacunados tienen menos de 2 a 5 veces más enfermedades y trastornos que los niños no vacunados.
 

Los resultados se presentan en el gráfico de barras de abajo;
 los datos completos y los resultados del estudio están aquí. Los datos son comparados con el estudio nacional alemán KIGGS de salud de los niños en la población general. La mayoría de los que respondieron a la encuesta eran de los Estados Unidos (Haga clic en el gráfico para verlo mejor) 

Los datos fueron recogidos de los padres con niños libres de vacunas a través de un cuestionario por Internet en 
vaccineinjury.info y Andreas Bachmair, un homeópata clásico alemán.

 

El estudio independiente es autofinanciado y no está patrocinado por una gran organización sin fines de lucro o gubernamental "creíble" u organización de salud del gobierno con conflictos políticos y financieros de interés, por lo que Bachmair se basa en los anuncios de Google y donaciones para los ingresos. Cada uno de los 8000 casos son casos reales con documentación médica.

 

Otros tres estudios tuvieron resultados similares según Bachmair y son presentados a continuación. 

Ningún estudio de resultados de salud de personas vacunadas versus personas no-vacunadas que jamás se haya realizado en los Estados Unidos por los CDC o cualquier otra agencia en los 50 años o más de un programa acelerado de vacunación (en la actualidad más de 50 dosis de 14 vacunas son administradas antes de kindergarten, 26 dosis en el primer año de escuela).

 

La mayoría de los datos recogidos por los CDC está contenido en la ) base de datos Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS) .

 

Los VAERS generalmente se cree que contienen sólo un 3 a 5 por ciento de los incidentes notificables. Esto es simplemente porque sólo algunas reacciones inmediatas son reportadas por médicos, pero muchos de ellos no se admite que las reacciones a la vacuna.

 

Más importante aún, los números del VAERS son sólo reacciones inmediatas, que yo colocaría con unas pocas horas a algunas semanas.

 

Las enfermedades y trastornos a largo plazo inducidas por la vacuna no son reconocidos por los padres o los médicos cuando estas condiciones son desarrolladas tal vez de unos pocos meses a cinco años o más y nunca se darán cuenta de que proviene de múltiples vacunas. En otras palabras, muchos niños y adultos con enfermedades y trastornos que son inducidos por vacuna y nunca sospechan que provienen de las vacunas, como indica este estudio. 

Las comparaciones de la salud de los niños libres de vacunas con las estadísticas de salud de la población general son las mismas que al comparar a los ni-vacunados con los vacunados.

 

Esto es simplemente porque la población en general de niños estadounidenses es casi un 100 por ciento vacunados.

 

Sólo cuatro de las 8000 personas no vacunadas  respondió con autismo severo (0,05%) y estos se dice que son casos de mercurio. Por otro lado, me había dado cuenta de que los resultados muestran un índice de 1% para el autismo en los no-vacunados de más de 3 años - casi lo mismo que en los niños vacunados.

 

Así que le pregunté a Bachmair por qué los datos no muestran mucho menos. Me dijo que había invitado a muchos grupos y listas de autismo en el Internet para participar y por lo tanto sesgó los resultados en consecuencia.

 

Si la tasa real es de 0,5%, calculé que sólo 40 encuestados adicionales (por encima de la cifra promedio real) respondiendo que sí al autismo, sesgaría los resultados en un factor de 2.

 

Si la tasa real es de 0,25%, sólo 60 adicionales respondieron (por encima del promedio real) de los 8000 que respondieron que sí a autismo, sesgando los resultados en un factor de 4. Por lo tanto, no tomaría a muchos de los encuestados de las listas para sesgar los resultados de manera significativa.

 

El único otro sesgo en este estudio puede incluir el hecho de que los padres de niños no vacunados están obviamente preocupados por los riesgos para la salud de las vacunas, y son más propensos a tomar otras decisiones saludables como la alimentación de sus hijos, una dieta mucho mejor y el uso de remedios más naturales y utilizando un menor número de productos farmacéuticos. 

Ahora
 la mitad de los niños estadounidenses sufren de enfermedades crónicas y trastornos y el 21% son discapacitados en su desarrollo .

 

Sin embargo, el sistema de salud pública siempre utiliza los sagrados mantras "enfermedades prevenibles por vacunación" al referirse a su logro más alto de salud pública de la vacunación masiva.

 

Creo que deberíamos estar hablando más en términos de prevenir las enfermedades inducidas por la vacuna. 

 

El estudio sigue en curso y es posible participar en la encuesta aquí si tiene niños no-vacunados .

 

 

 

 

Otros estudios citados por Andreas Bachmair 

 

Estudio de Salzburg 
Los resultados: de los niños no vacunados 1004, había:

  • Asma, 0% (8-12% de la población normal)

  • Un tema-dermatitis 1,2% (10-20% en la población normal)

  • Alergias 3% (25% en la población normal)

  • TDAH 0,79% (% 5-10) en niños 

 

 

Estudios a largo plazo en Guinea-Bissau

 (1 Kristensen I, Aaby P, H. Jensen: "Vacunas Rutinarias Y Supervivencia Infantil: Estudio De Seguimiento En Guinea-Bissau, África Occidental", BMJ 2000; 321: 1435-1441)


Los hijos de 15,000 madres fueron observados desde 1990 hasta 1996 durante 5 años.


Resultados: la tasa de muerte en niños vacunados contra la difteria, tosferina, tétano es dos veces tan alto como en los niños no vacunados (10,5% frente a 4,7%).
 
 

 

 

Encuesta en Nueva Zelanda (1992)

(http://www.ias.org.nz) 

En el estudio participaron 254 niños.
 En 133 niños que fueron vacunados y en 121 que permanecieron sin vacunar. 

Resultados:

 

 

Síntoma

vacunados

sin vacunar

Asma

20 (15%)

4 (3%)

Eczema o erupciones alérgicas

43 (32%)

16 (13%)

Otitis crónica

26 (20%)

8 (7%)

Amigdalitis recurrente

11 (8%)

3 (2%)

Falta de aliento y el síndrome de muerte súbita del lactante

9 (7%)

2 (2%)

Hiperactividad

10 (8%)

1 (1%)


 

Descargue y lea el  estudio IAS1992 (Los niños no vacunados son más saludables) ahora.

 

 

 

Fuente : Biblioteca Pléyades


publicado por misteriosnuevaenergia at 11:43 AM EST
Sunday, 27 January 2013
Metodos naturales para fortalecer el sistema inmunologico
Topic: Terapia Neural
metodos-naturales-para-fortalecer-el-sistema-inmunologico

A continuación, las hierbas y minerales más beneficiosos para el sistema inmunitario del organismo.

Todos sabemos que el buen estado del sistema inmunológico, es un factor fundamental para prevenir y combatir diversos tipos de enfermedades. De hecho, muchas áreas del cuerpo, como las amígdalas, el bazo, los ganglios linfáticos, la médula y el timo, contienen diversos tipos de células inmunológicas que ayudan al cuerpo cuando éste las necesita.

 Pero aunque el cuerpo produce varios tipos de células de defensa, el protector más importante del sistema inmunológico del organismo, son los glóbulos blancos de tipo T, que producen los anticuerpos que destruyen o neutralizan las enfermedades que podrían causar los invasores.

Sabiendo esto, cualquier persona puede ayudar a la defensa de su propio cuerpo, estimulando la producción de sus células de defensa, mediante las siguientes técnicas de medicina alternativa.

 Incorporando los elementos naturales esenciales

 Recuerde: en todos los casos, debe primero consultar a su médico de cabecera.

 Las vitaminas E, B, C y A ayudarán a optimizar el sistema inmunológico, junto con elementos como el cinc, el beta caroteno y el selenio. Ingerir estos elementos es fundamental, sobre todo en la actualidad, donde las dietas medias, repletas de alimentos procesados y en conserva, difícilmente puedan brindar un equilibrio apropiado para permanecer sanos sin tomar estos suplementos. 

 El calostro, que actualmente se está produciendo en forma de suplemento, es otra muy buena forma de optimizar el sistema inmunológico. Cualquier madre que le haya dado de mamar a su recién nacido, conocerá los efectos altamente beneficios que puede brindar a las criaturas, ya que se ha descubierto que las primeras secreciones de la leche materna, el calostro, contienen anticuerpos maternos que dan una inmunidad pasiva, que protege a los recién nacidos hasta que sus sistema inmunológico se encuentra en pleno funcionamiento.

La equinácea, es una hierba que purifica la sangre y combate las infecciones, estimulando el sistema inmunológico. Por su parte, las hojas de Buchu actúan como un suave antiséptico, y estimulan la circulación sanguínea, ayudando al sistema inmunológico en la purificación de la sangre.

 Las bayas de enebro, tienen una función antiséptica que produce una inmunidad natural en el organismo, previniéndolo de las enfermedades contagiosas. El ajo, por su lado, se ha utilizado durante siglos para luchar contra enfermedades infecciosas, y para aumentar la protección natural contra las enfermedades.

 El Pau D''Arco, un árbol que crece en el Brasil y otros países sudamericanos, se valora mucho por sus funciones preventivas de una gran cantidad de enfermedades.

 Todos estos productos naturales, se deben tomar ante los primeros signos de enfermedad, pero también se recomienda mucho que se utilicen como parte de un régimen preventivo diario, es decir utilizando un Pau D''Arco, un calostro y una cápsula del ajo por día. Esto ayudará a optimizar el sistema inmunológico.

 Es muy importante que cualquier persona que utilice medicinas alternativas, no combine sus hierbas con las medicinas químicas. Es también importante, para cualquier persona que desee ayudar al funcionamiento de su sistema inmunológico, que realice un descanso diario apropiado, mucho ejercicio físico, y una dieta que incluya el un montón de verduras orgánicas y frutas.

 Y, por supuesto, que antes de tomar nada consulte con su médico de cabecera

 
 

 Fuente : enplenitud.com


publicado por misteriosnuevaenergia at 9:10 AM EST
Modificado: Saturday, 16 February 2013 10:05 AM EST

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